Empezó como una deuda y no sé cómo o dónde acabará, lo que sí sé es que hace tiempo que no disfrutaba tanto escribiendo, las letras se suceden unas tras otras, llenando frases, llenando párrafos, llenando páginas.
Las deudas a veces son buenas porque, en cierto modo, te obligan a hacer algo que debes... aunque es verdad que nunca las saldarás hasta que no quieras o puedas. Afortunadamente, yo he empezado a saldar la mía, una deuda que tengo desde hace meses con un amigo y una que tengo conmigo misma desde hace años, si todo va bien.
Repito que no sé cómo o dónde acabará, pero yo me dejo llevar por este mar de letras hacia donde quiera llevarme.
« — Te sorprendería las cosas que los de tu clase pueden hacer con alguien como yo, sobre todo las mujeres —cruzó las piernas a la altura de los tobillos y los brazos sobre el pecho—. En público, son todas unas remilgadas; en privado, se mueren por levantarse las faldas y…
— ¡No me interesan sus perversiones! —se apresuró a interrumpirlo, sintiéndose avergonzada por la ligereza con la que parecía hablar de cualquier cosa.
[...]
Una sonrisa condescendiente curvó la boca del hombre.
— Eso es lo que dicen todas al principio…»
1 comentarios:
Mira que siempre me dejas con ganas de más... muuuucho más.
Así que sigue escribiendo este relato y luego me lo pasas XDD
Besotes
Publicar un comentario