Cuán fácil es dejarse seducir por la idea de confiar en alguien. Un alguien ante el que no son necesarios los fingimientos, las mascaras o los secretos. Los vampiros, al igual que los humanos, varias veces se dejan seducir por la necesidad de confiar en alguien sin saber que quizás esa será su perdición. Confiar en la persona o vampiro equivocado es un error en el que tanto los vampiros como los humanos caen una y otra vez. Al confiar en alguien, te vuelves vulnerable y si añadimos que confías en alguien equivocado, la cosa se pone interesante ya que ese alguien equivocado poseerá los mecanismos necesarios para acabar contigo, conoce tus debilidades, tus secretos más oscuros.
Confiar es, en definitiva, facilitar la traición. Por esa razón yo no confío en nadie, ya no. La única vez que me deje seducir por el verbo confiar, acabé cortésmente encadenado a una verja a la espera de la inminente aparición del astro rey.
¿Es posible hacer que alguien confíe en mí a sabiendas de que yo no confío en nadie?
Esa es la cuestión que me ha llevado a escribir en este diario después de tantos días sin hacerlo. Tenía la estúpida idea de que poniendo por escrito lo que ronda por mi cabeza sería más sencillo responder a esa pregunta, pero no es así. Es estúpido exigir a alguien que confíe en mi cuando yo no confío en nadie, cuando yo considero que es una debilidad.
Esta noche he informado a mi rey de que los rebeldes saben de su existencia, cosa que Vohrme ya sabía, unas heridas a medio cicatrizar en su costado se lo habían dejado más claro que mis palabras. Alguien cercano lo ha traicionado, algún vampiro en el que el rey confió, quizás no plenamente, pero sí lo suficiente si dicho traidor fue elegido por el propio rey para que se uniese a él. A pesar de que Vohrme era reacio a confiar en nadie, sabía que era imposible alzarse solo contra los rebeldes.
Hasta hace pocos meses, los únicos que sabíamos de la existencia del Rey Perdido éramos un círculo muy reducido; Ahora, en este reducido grupo hay un traidor y sé que Vohrme desconfía de todos nosotros.
Él no confía en mí.
“¿Y cómo sé que no has sido tú el que me ha traicionado?” esa fue su pregunta de esta noche, sus palabras textuales.
He sido el único que ha estado junto a él cuando más débil estaba y tuve la oportunidad de descubrirlo y entregarlo en ese momento, conseguir una posición significativa con ello. Pero no lo hice, le fui leal. Me he ganado el Exilio por permanecer a su lado… ¿Es demasiado pedir un poco de confianza por su parte?
Bah, tampoco es necesaria la confianza, sólo con conocerme un poco debería saber que soy incapaz de traicionar a nadie. Una vez fui yo el traicionado, viví en mi propia carne la traición... Moriría antes que traicionar a un hermano.
Pero a pesar de mi respuesta y de sus palabras, sé que el rey no confía en mí.
2 comentarios:
Ya sabes que me ha encantado!!!!
Y tambien deverias saber la unica pega que le pongo no?.......que no lo has continuado jodia!!! jaja
Bueno, no te metere presion dado que me lo he pasado tan bien entre ciruelas jeje.
A seguir asi preciosa, un besazo!!!
hola!! me gusto muxo el blog aunk veo que esta hist no la has seguido aun asi lo k he ido leyendo x tu blog me encanta! asi k con muxo gusto me hago seguidorA!!
te invito a leer mis 2 historias, las encontraras en mi blog, espero k te gusten y me comentes.mil gracias de antemano!
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lighling
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